miércoles, 22 de agosto de 2012

Síndrome de apnea obstructiva, el riesgoso enemigo del sueño

Síndrome de apnea obstructiva, el riesgoso enemigo del sueño

Esta anomalía puede generar severas complicaciones como infartos, arritmias e incluso, complicar el tratamiento de una diabetes.


Dormir es clave para el funcionamiento diario de nuestro organismo. Las enfermedades que alteran el sueño son altamente frecuentes, afectando hasta al 50% de la población en algún momento de la vida. Solo la apnea obstructiva del sueño puede aquejar al 15% de la población, principalmente a hombres sobre los cincuenta años de edad.
Con la idea de profundizar en las diversas características de esta compleja anomalía, que puede conducir a enfermedades más severas, la neuróloga de Clínica Vespucio, especialista en medicina del sueño, Dra. Evelyn Benavides menciona sus síntomas, particularidades y tratamientos.
Los síntomas de la apnea obstructiva del sueño (SAHOS) pueden ser diurnos o nocturnos. Durante el día se produce somnolencia excesiva, dolor de cabeza matinal, disminución de la concentración y deterioro intelectual, lo que provoca una baja de rendimiento laboral. En la noche, se observan ronquidos, insomnio, pausas respiratorias, reflujo y sudoración. “Las pausas pueden durar entre pocos segundos y varios minutos. Comúnmente se producen entre 5 y 30 veces o más por hora”, relata la especialista.
Existen factores que se asocian a este tipo de apnea, como la obesidad, la obstrucción nasal, la circunferencia del cuello. También se conoce que el consumo de alcohol aumenta sus síntomas.
El diagnóstico se realiza por una historia dirigida de los síntomas, siendo los más importantes las pausas respiratorias nocturnas, los ronquidos y el excesivo sueño durante las actividades diurnas. “Para determinar la severidad del síndrome, es necesario realizar un examen en el cual se graban las distintas variables del sueño durante una noche. Este examen se denomina polisomnografía e implica dormir una noche en la clínica con una serie de sensores indoloros, los cuales miden el oxígeno en la sangre, pausas respiratorias, fases del sueño y movimientos, entre otros”, señala.
Una vez realizado el diagnóstico es necesario ver los elementos que pueden mejorarse para el tratamiento, entre los cuales destaca la obesidad, sedentarismo, tabaquismo, tratamiento de otras enfermedades asociadas como la hipertensión, diabetes y dislipidemia.
Algunas complicaciones de una apnea
-Dificulta el manejo de la hipertensión, aumentando la posibilidad de infartos cerebrales o al corazón, y empeora el control de la diabetes.
-Aumenta las posibilidades de padecer latidos irregulares del corazón (arritmias).
-Incrementa las posibilidades de tener un accidente automovilístico o en el trabajo.
-Disminuye el rendimiento laboral y la libido.
Para los casos graves existe un tratamiento que “consiste en un dispositivo que suministra un flujo de aire a presión a través de una mascarilla ubicada sobre la nariz. La presión del aire mantiene abierta la faringe durante el sueño. En general se realizan tratamientos de largo plazo y sólo en casos puntuales es necesario realizar una cirugía”, asegura.
        

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