El contenido de la «opción Bachelet»: el verdadero debate que recorre a la oposición

El posicionamiento que la encuesta CEP da a la ex Presidenta ha redoblado la preocupación de los promotores de su candidatura en orden a dar señales de ordenar filas y no «izquierdizar» la oferta bacheletista.  

Al mismo tiempo en que esta semana los resultados de la encuesta CEP inyectaban una mayor dosis de energía a los partidarios de la ex Presidenta Michelle Bachelet, que se mantiene como el liderazgo indiscutido, en la oposición se instaló un debate sobre el rumbo que tendría un eventual segundo gobierno de la encargada de ONU-Mujer y la precaria situación de la coalición que lo sustentaría.
Así como algunos sectores han planteado que un nuevo mandato de la doctora socialista tiene que aspirar a realizar todo lo que no pudo concretar entre 2006 y el 2010, otros están preocupados del «giro» a la izquierda que podría tener esa administración, entre otras razones, por la presión de los movimientos sociales.
Los más cercanos a Bachelet asumen que la suerte está prácticamente echada y que la tarea prioritaria es ahora asegurar las bases de gobernabilidad y no alimentar demasiadas expectativas que serían difíciles de cumplir.
" Los ciudadanos quieren un segundo gobierno de la ex Presidenta Bachelet, pero también se preguntan cómo va a ser ese gobierno, con quiénes va a gobernar, cómo va a sortear las limitantes de un sistema político bloqueado, cuál va a ser su relación con los movimientos ciudadanos ", advierte sobre el punto Ricardo Solari (PS).
El giro a la izquierda y los énfasis del programa
La orientación del próximo gobierno estará marcada en gran medida por el programa que presente a los chilenos y, en ese contexto, se anticipa una fuerte pugna entre quienes buscarán imprimir su propio sello al plan de gobierno.
El presidente del PPD, Jaime Quintana, ha promovido un "giro a la izquierda" y expresión de ello es el declarado propósito del senador Guido Girardi de bregar para que el programa de gobierno recoja a plenitud las reivindicaciones del movimiento social, tanto de estudiantes como ambientalistas, gremios, mapuches y organizaciones regionalistas.
Una firme voz de rechazo a esa idea ha surgido en el mismo partido. "Gobernar es articular las reivindicaciones con los límites financieros y políticos, porque no se cuenta con los recursos ni las condiciones políticas para hacer todo lo que se reclama, de modo que aquí no se trata simplemente de recoger las demandas de los movimientos sociales", previene el diputado Pepe Auth .
Para el jefe de la bancada de diputados socialistas, Marcelo Shilling , las propuestas que ya consensuó la oposición en materia tributaria y educacional son un buen punto de partida para el programa del próximo gobierno y subraya que, a diferencia de Piñera, Michelle Bachelet debe asumir una postura más dialogante con los movimientos sociales. "Espero que se sintonice y se hable en la misma frecuencia con la ciudadanía porque hoy la gente siente que no es escuchada debido a las anteojeras ideológicas del gobierno", sostiene.
También en la perspectiva de garantizar gobernabilidad, el ex ministro Sergio Bitar (PPD) propone que el programa "sea viable, práctico, que se puedan mostrar al final las realizaciones y evite anuncios rimbombantes", lo que en su opinión requiere un trabajo de preparación desde la base, en las regiones, y de escuchar los distintos actores sociales y políticos.
PR y comunistas quieren asamblea constituyente
Un tema que en las últimas semanas ha activado las alertas en los círculos «bacheletistas» es la propuesta de una asamblea constituyente, histórica demanda de los sectores políticos y sociales más de izquierda que ahora radicales y comunistas buscan incorporar en el programa del próximo gobierno.
Pese a ser una fórmula asociada a experiencias populistas como las de Hugo Chávez y Evo Morales, en la Concertación el senador y timonel radical José Antonio Gómez decidió promoverla a través de un proyecto que autoriza una "cuarta urna" en las elecciones del próximo año para que los ciudadanos se pronuncien a favor de la constituyente.
Sorprendentemente, fue el líder DC Ignacio Walker quien se abrió en los últimos días al mecanismo en caso de que no prosperen las conversaciones de su partido con RN para reformar el sistema electoral y político.
Para Bitar los llamados cada vez mayores en la Concertación a favor de una constituyente responden al bloqueo a las reformas que mantiene la derecha y la necesidad de abrir otros cursos.
Sin embargo, Schilling relativiza ese camino y recalca que lo central son las reformas y no el método para hacerlas. "Que se hagan con una comisión bicameral, una asamblea constituyente o el actual Congreso da lo mismo, siempre que se plebisciten y la ciudadanía se pronuncie. Esto de enamorarse de los mecanismos y que éstos sean un fin en sí mismo es una enfermedad muy propia de Chile", apunta.
Una coalición con eje DC-PS versus "frente de izquierda"
Un tercer factor de inquietud en el bacheletismo se relaciona con el deterioro que ha experimentado la Concertación como base política para una candidatura presidencial y los intentos de algunos de reemplazarla por un "frente de izquierda".
En un marco predominante de fuerzas políticas, parlamentarias y sociales fragmentadas y dispersas, algunos propician una gran "alianza bacheletista" que incorpore al PC y a movimientos sociales, con una nítida hegemonía progresista.
En otra variante, Schilling se declara partidario de una coalición de ancha base -donde quepan desde Felipe Lamarca hasta el Partido Comunista- pero con la DC y el PS como eje. "La médula de esto deben ser los que han sostenido esta opción, la DC y el PS, porque los otros ya están rematando todo. Han declarado muerta y han ido a enterrar a la Concertación día por medio, pero la vieja es lo más porfiada que hay y no quiere morir".
Pero la preocupación del bloque opositor no se relaciona sólo con qué tipo de coalición sería la base de un eventual segundo gobierno de Bachelet. A muchos les inquieta en qué dirigentes se apoyará. Porque el posicionamiento de la ex Mandataria dista bastante de sus principales promotores, el presidente del Senado, Camilo Escalona, y el timonel del PS, Osvaldo Andrade. Ambos aparecen entre los personajes peor evaluados en la encuesta CEP.