Familiares recordaron a víctimas del Casa con flores en el mar
Homenaje, a un año de la tragedia de Juan Fernández, se desarrolló en el mismo lugar del accidente.
Por los parlantes del buque, poco antes de las 9.00 comenzó el llamado a una misa oficiada por el capellán naval católico Fernando Jarpa y su par evangélico, René Ojeda. A esa hora ya estaban casi todos los familiares escuchando la ceremonia ecuménica en la que pidieron por los fallecidos. En ella estaban Marcela Cubillos, hermana de Felipe Cubillos, y su esposo, el ministro de Defensa, Andrés Allamand, quienes miraban al sacerdote mientras un funcionario de la Fach interpretaba en trompeta la melodía Silencio. Durante la misa, el buque de guerra navegaba desde la costa de la bahía Cumberland, donde está el pueblo de Juan Fernández, y tras una hora de viaje llegó al Punto Loreto, sector donde se estrelló la nave y que se ubica entre la isla Santa Clara y la Punta O’Higgins. En medio de una densa bruma se dio inicio al homenaje, con un mensaje religioso de los capellanes.
Cuando los familiares llegaron al lugar, se instalaron en el borde del buque, donde estaban los arreglos florales. El más grande tenía el motivo de una mariposa y fue regalado a la familia de la teniente Carolina Fernández. También había uno con su nombre de combate “Furtiva”, al igual que las coronas en honor a los cabos Flavio Oliva y Erwin Núñez, y el sargento Eduardo Jones, cuyo alias era “Jabalí”.
Dentro de los presentes se encontraba también la familia del cabo Manuel Alejandro Vera, quien falleció en la losa de la pista del aeródromo Robinson Crusoe durante la operación de rescate. Fue la víctima número 22 (ver recuadro).
La madre del cabo Oliva, Jacqueline Pino, quien realizó duras críticas a la Fach en la ceremonia de llegada a la isla, fue la primera que lanzó una rosa azul al mar, siendo imitada de inmediato por los otros familiares que se encontraban en el lugar. “Fue una ceremonia hermosa, simple y simbólica. Creo que nos conectamos y tuvimos un regalo que fue el maravilloso arcoíris que llegó hasta la boya”, dijo la madre de la teniente Fernández, María Graciela Quinteros, quien señala que además de las flores “trajimos su piocha de piloto y colocamos cosas personales y las lanzamos al mar”.
Otros familiares repitieron la escena. Botellas con mensajes, corazones de cartón rojo y juguetes fueron algunos de los recuerdos que se sumaron a las flores.
Gonzalo Cabezón, hermano del camarógrafo de TVN Rodrigo Cabezón, lanzó cuatro puñados de arena de Maitencillo, que representaban a cada uno de los hermanos; el submarino de juguete preferido de Rodrigo y un rosa roja. “En este momento creo que las palabras sobran. Ya se ha dicho todo. Fue una ceremonia muy hermosa”, dijo Cabezón.
Entre los presentes también estaba Felipe Kast, quien fue invitado por ser muy cercano a Felipe Cubillos, cuyos tres hermanos miraban emocionados el Punto Loreto. “Para nosotros ver este lugar es maravilloso. Mi hermano y este grupo de chilenos increíbles vinieron a dormir en el lugar más maravilloso del planeta. Fue una ceremonia sobria y muy íntima”, indicó Marcela Cubillos.
Luego del homenaje, los familiares estuvieron cerca de media hora solos en la cubierta para reflexionar. En total, fue una hora de homenaje, que terminó a las 10.50 horas.
Poco antes de que los familiares iniciaran el desembarco en lanchas y barcazas, Jacqueline Pino se desmayó en uno de los sillones del hangar de aviones, siendo atendida con oxígeno.
A las 12.30, los visitantes recorrieron parte de la isla. Luego de almorzar, regresaron a embarcarse y a las 19.00 el buque Sargento Aldea comenzaba el retorno al continente, concluyendo así parte de un ciclo que partió el fatídico 2 de septiembre de 2011.

No hay comentarios:
Publicar un comentario